México mejora en el Índice de Percepción de la Corrupción, pero existen tareas pendientes
La mejora
del país en el Índice de Percepción de la Corrupción 2019 publicado por Transparencia
Internacional es alentadora. Aunque con las limitaciones ya conocidas, este
índice es el mejor indicador de la percepción acerca de la corrupción en los
países. México ha pasado de la posición 138 a la 130 de un grupo de 180 países.
La noticia es buena, pues muestra una mejoría, aunque las tareas para regresar
cuando menos a los niveles que teníamos en años anteriores son todavía asunto
pendiente. Transparencia Internacional destaca los avances recientes en
materia de legislación anticorrupción y la creación de una fiscalía
independiente, entre otras acciones, aunque es todavía temprano para juzgar los
resultados de estos avances institucionales. Lo que el índice muestra es que
estas acciones han tenido buen efecto en la percepción de que algo se está
haciendo contra el cáncer de la corrupción en México. Y esto, en sí mismo, es
algo positivo, aunque siga faltando un enfoque integral y sistémico para
hacerle frente a la corrupción en los sectores público y privado del
país.
Fuente: Transparencia Internacional, enero 2020.
El
progreso es positivo, aunque la posición que ocupamos como país en el Índice de
Corrupción no es para nada envidiable. Con 29 puntos (donde 100 es el menos
corrupto y 0 el más corrupto) compartimos el casillero con países como Guinea,
Laos, Maldivas, Mali, Myanmar y Togo, y estamos muy por debajo de los 87 puntos
alcanzados por los países menos corruptos del mundo, Dinamarca y Nueva Zelanda.
Claramente, de acuerdo a este índice, todavía estamos mucho más distantes de
los países menos corruptos del mundo que de los que son considerados los más
corruptos.
La
lectura de la posición que ocupa México debe hacerse también en el contexto de
la región con quien tenemos ciertas similitudes en términos culturales y de
desarrollo económico. En el concierto de los países latinoamericanos, nuestro
país ha pasado de ser del cuarto al octavo país considerado más corrupto, por
detrás de la República Dominicana, Paraguay, Guatemala, Honduras, Nicaragua,
Haití y Venezuela. Seguimos lejos de Brasil, Argentina, Perú y Colombia, no se
diga de Uruguay, Chile y Costa Rica, que son estos últimos los que mejores
posiciones ocuparon en el índice. Además, seguimos siendo el país con el peor
puntaje entre los miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos).
Fuente: Transparencia Internacional, enero 2020.
Evidentemente,
la percepción que tenemos acerca de que algo se está haciendo contra la
corrupción en este gobierno ha tenido un impacto positivo en la posición que
ocupamos como país en este índice, como resultado de que discursivamente la
lucha contra la corrupción ha sido uno de los temas centrales de la
administración lopezobradorista. La tarea pendiente incluye contar con una
política nacional anticorrupción que refleje las mejores prácticas
internacionales en la materia. Esto no es una tarea menor y requiere el
concurso tanto de gobiernos como del sector privado. La voluntad de disminuir
la corrupción es importante, pero no suficiente; esta voluntad debe traducirse
en una política nacional con un enfoque sistemático, integral y proactivo que
se traduzca también en una cultura ética en los negocios públicos y privados.
Esperemos
que la tendencia positiva continúe en los próximos años.
Abel Rivera
CCRC Auditoría y Control Interno, S.C.
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